<< Temeraria forma de divertirse...>>, opinó divertida ante las quejas del muchacho.
De repente se tensó ligeramente, apretando el asa del estuche de cuero marrón con ambas manos. Cuando estaba de espaldas era más fácil hablar que cuando la observaba. Ante una mirada atenta, Coraline perdía la calma y la vergüenza la invadía, incomodándola.
Por supuesto, Christi lo notó y procedió a bajar la tensión de la mejor manera que conocía:
<< Pss, mira quién habla! ¬3¬ >>, le dijo a su compañera, convencida de que el muchacho debería aplicarse el cuento. A Coraline le encantaban ese tipo de cortadas, sin embargo, ya no la escuchaba.
- Es-..esto, bueno...no creo que me echen de menos...- tartamudeando un poco, y desviando la mirada hacia su izquierda repetidas veces, incapaz de sostener la mirada del desconocido.