Al día siguiente volviste a recibir un nuevo e-mail de la web a la que el día anterior intentaste meterte para jugar a su preciado MMORG, y que resultó ser un timo ya que todo el paripé pareció cesar al tornarse de nuevo la pantalla de negro, pero esta vez sin volver a dar mas signos de vida en toda la noche.
Y allí estabas ahora, frente a un nuevo e-mail, el cual leíste tan rápidamente a causa de la excitación que este te causó nada mas en la primera frase, que casi sentías como el corazón pensaba salírsete del pecho en cuestión de segundos.

Las instrucciones fueron claras; debías dirigirte, exactamente a media noche, de escondidas hacia el sótano. Allí, según aquella extraña web, encontrarías un viejo espejo lleno de magia y misterios, un mundo nuevo por descubrir, a cual deberías entrar.
Si no lo hacías aquella precisa noche tras haberte sido entregadas estas últimas instrucciones, si decidías echarte atrás, al día siguiente tras aquella noche tu memoria respecto a todo aquello sería borrada.

Aquello sería demasiado para una persona corriente cualquiera, pero es que resultaba que tu no lo eras. Tu, por lo que fuera, habías sido seleccionado para formar parte de ese supuesto mund tras el espejo. Un mundo en el cual desde un primero momento habías supuesto que se encontraría tras la pantalla de un cutre ordenador. Pero resultaba no ser así.
Estaba quedando demasiado claro; entrarías a un juego de realidad virtual.

Y eso fue lo que descubriste al pasar por el espejo, comprobando que era traspasable, sin duda alguna.
Una embriagadora sensación de bienestar y tranquilidad pareció adueñarse de ti en los pocos segundos que tardaste en pasar al otro lado, y al abrir los ojos...;



Tu instituto. Aquello era tu instituto. Pero había algo extraño en el. Era mucho mas grande. El cielo estaba teñido de un oscuro y siniestro tono carmesí, estremecedor. Además, era de dimensiones considerablemente mas grandes, con un par de torres mas, y todas ellas mas grandes todavía.
Tomando así el aspecto de una simple, sencilla pero tenebrosa ciudad sumida en sombras, pero sin dejar de ser tu instituto.

Mas allá de todas las torres unidas para formar la estructura que al otro lado también formaba el lugar, solo parecías estar rodeado por una gran cúpula negra.

Encuanto a ti...
Te miraste al espejo, dando la vuelta; quizás para volver atrás al ver la sobrenatural y quizás incluso terrible, pese a que aun así atrayente de una forma bastante sádica, queriendo volver a tu vida normal, mas que nada tras comprobar que allí dentro olías, sentías, veías, oías. Todo con un cuerpo totalmente real. O quizás simplemente diste media vuelta para observar que el espejo siguiera allí, para poder salir en cuanto pensaras que tu aventura por aquella noche había sido suficiente.

¿Y con qué te encontraste?
Con tu aspecto. Eras tu. Realmente tu, pero algo cambiado. Claro que te parecías al reflejo tuyo que ahora veías de un cuerpo que nunca había tomado aquellas formas. Quizás conservabas tus rasgos faciales, color de pelo, o demás signos que podrían hacer que cualquiera, con quedarse mirándote durante unos instantes; tu familia, tus amigos, reconociera en ti al chico o chica que al otro lado eras, pero lo que mas destacaba eran los cambios de tu aspecto; clavados a como habías pensado que sería tu personaje en el supuesto MMORG en el que SUPUESTAMENTE entrabas.

Las vestimentas propias de la profesión escogida, al igual que algunos rasgos de la raza que también te dieron a escoger al crearte el avatar...

Y lo que descubrirías mas adelante era que la sensación de estar cargado de energías que sentiste nada mas entrar al misterioso lugar, no era en vano. Poseías los mismos poderes y habilidades que te prometió la supuesta web del supuesto mmorpg que poseería tu supuesto simple avatar, que supuestamente no iba a ser mas que unos chapuzeros códigos juntados para crear una imagen en movimiento respondiendo a tecleos y cliks de tu persona real, dentro de una pantalla.

Al lado del espejo pegado a lo que parecía ser esa gran cúpula de sombras que rodeaba los límites del lugar, se encontraba un extraño agujero negro.
A tus espaldas, llevabas una mochila. Y en tu mano derecha, notaste entonces que estabas sosteniendo un curioso aparato con forma de muñequera, en el cual solo se encontraba un agujero con forma de media esfera, y una pantallita con muchos datos que reconocías como los atributos y demás rasgos que le creaste a ese avatar en aquella web extraña. Ese avatar que estabas siendo tú ahora mismo.

Pero si lo tenías, debía ser para algo. Sin duda, deberías averiguar allí dentro muchas cosas antes de poder adentrarte en lo que era aquel mundo realmente, deberías preguntar...
Preguntar... ¿pero a quién?

Lo mas impresionante de todo, al volver a darte media vuelta para observar aquel nuevo mundo de fantasía, era que al prestar mayor atención, ante ti, se encontraba un montón de gente que iba de un lado para otro, con también impresionante porte y vestimentas, como tu, seguramente llena de preocupaciones y metas que conseguir que te brindaba aquel nuevo mundo, aquella segunda posibilidad de una, sin duda alguna, real vida. Realidad, dentro de lo irreal.

Todas aquellas personas te resultaban familiares. Tenías la sensación de haberlas visto alguna vez antes, pero aun así eran irreconocibles al mismo tiempo. Cuando creias tener la identidad de uno en la punta de la lengua, antes de caer en la cuenta, te emezabas a sentir desorientado, sin saber que estabas intentando descubrir segundos atrás a una persona que existía tras el espejo, como tu, en el mundo real, y que también era uno de los estudiantes de aquel instituto supuestamente normal tuyo, un elegido que había pasado por lo mismo que tu, y que había decidido seguir allí dentro, y ahora parecía tan fusionado, hecho uno, con el lugar, encantado de la vida. De esa segunda vida dentro de aquel lugar en apariencia tan sádico y macabro. La caricatura siniestra y llena de oscuridad de un instituto al cual creías estar al fin acostumbrado.

Aquello... No tenías palabras para describir como te estabas sintiendo en aquel momento.
La magia, lo sobrenatural... aquello, aquella siempre habías pensado que era inexistente. Y ahora, las teorías que te aplicaron de pequeñito/a se estaban desmoronando por completo.

Entrabas a un nuevo mundo. Cada media noche, mientras tu persona real se perdía dentro del espejo para posiblemente descansar (ya que al, por la mañana, salir de aquel mundo tu avatar, te encontrabas con las fuerzas y energías totalmente recargadas), alguien que parecias ser tu con un cuerpo totalmente real, dentro de lo irreal, te encontrabas allí dentro, explorando, metiéndote en aventuras dignas de novelas fantásticas, descubriendo un nuevo mundo, en el que deberías aplicar unas nuevas teorías; del cual deberías aprender.