"Otro día sin ningún tipo de resultado fructuoso" Pensaba Elrik mientras estaba sentado en la única mesa en la cual quedaban asientos en toda la cafetería mientras pasaba las hojas de su libreta escrita por el mismo...
Llevaba meses enteros buscando alguna pista sobre su amiga de la infancia y finalmente había desistido, por lo que habia podido sacar el hermano de Sophie si había estado allí pero ella nunca había hecho acto de presencia en aquel internado aun que fuera para visitar a su hermano, algo raro por que en alguna ocasión le dijo que iba a visitar a su hermano a su instituto cuando eran pequeños si afinaba un poco la memoria...

Para intentar sacarse un poco de la cabeza a aquella chica había decidido comenzar a escribir u libro, tal vez no fuera la mejor calidad literaria que se podía exigir pero con ello mas o menos podía sobrellevar su obsesión sobre aquel asunto...
Aun asi aun no se acababa de decidir por la trama y por eso en aquellos momentos estaba mirando aquella libreta, en ella estaban las tres posibles tramas que podía seguir su intento de novela fantástica aun que si alguien cualquiera la miraba seguramente no entendería la mitad de cosas...
El debate principal sobre aquella novela era que tenia 3 tramas totalmente diferentes que podía seguir el protagonista desde el momento en que abría la puerta de su casa para mirar fuera y las tramas eran casi imposibles de combinar...

La primera era una trama apocalíptica en que seres de las sombras aniquilaban toda la humanidad y lo unico que podia hacer el protagonista era esconderse y rezar para que no lo encontraran mientras por la noche cuando las sombras desaparecían por la ausencia de luz suficiente viajaba de ciudad en ciudad...
La segunda era que tras abrir la puerta encontraba a dos personas luchando, un tipo con gabardina negra que lo tapaba por completo y una chica rubia de pelo no demasiado largo con gafas y que usan poderes sobrenaturales como controlar el frió o el metal.
La tercera era que los personaje se encontraba con una persona muerta en las escaleras de entrada de su casa y a partir de allí tenia que comenzar a investigar lo que le llevaría en una batalla entre satanistas capares de invocar abominaciones contra un grupo de gente armada...

Tras 10 minutos desganado Elrik lanza su libreta sobre la mesa y da un sorbo al te que había pedido antes de que se enfriara, realmente no se le ocurría ninguna buena idea o algo que fuera al menos decente... Asi que se cruzo de brazo y miro alrededor medio desganado mientras se ajustaba las gafas de ver...

Al parecer aquel lugar estaba bastante animado, todas las mesas estaban a rebosar menos la suya, aun así dudaba que alguien se sentara en la suya ya que el tenia fama de alguien totalmente asocial que parecía obsesionado por encontrar a una chica pelirroja que todos dudaban que existiera.
Aun asi tenia algún amigo al cual le explico la historia entera y le creído y otro que no le había contado la historia y que pasaba totalmente sobre aquel tema que parecía haberse hecho amigo de los mas raros de la clase, el y otro chico que parecía aun mas cerrado...

Finalmente Elrik se llevo la mano a la cabeza y se despeino a si mismo a ver si asi despertaba un poco su creatividad aun que no conseguido ningún éxito aparente...
Tras eso volvió a mirar la libreta mientras tomaba otro sorbo de te desde su mesa, situada en la esquina mas marginal de la sala... Volvió a dejar la taza en la mesa, aun quedaba lo suficiente para dos sorbos mas, realmente aquella tarde era aburrida...
Para terminar miro otra vez a toda la gente que se había acumulado alli y tras eso miro hacia las puerta a ver si entraba alguien... Dudaba que pasara algo que le inspirase así que tras unos segundos dejo de prestar atención y tras quedarse unos segundos mirando por la ventana al cielo alargo la mano para volver a coger la libreta y tal vez en aquel momento sucedería algo interesante, todo dependía del destino y tal vez de su mala suerte...

Alzó la mano.
Había visto a la camarera, como siempre perdida y en las nubes, algo lógico a causa de su edad y el estrés que debería llevar ya en su vida, quedarse parada en un punto en medio de los interiores del bar-cafetería, con una coca cola en su bandeja y mirando a todos lados, desorientada, y así había logrado indicarle que el pedido era suyo, a lo que se acercó y no tardó en servirla antes de volver a lo suyo.
No tardarían en iniciar como cada dia las clases de la tarde, y aquel día se había saltado la comida, por lo que no le vendría mal tomar algo antes de cualquier otra cosa.
Aquel tiempo de descanso entre las clases de la mañana y la tarde siempre le resultaba pesadamente aburrido, sin tener las suficientes ganas ni fuerzas nunca por salir a pasear con el skate, se limitaba a escuchar música mientras se tiraba en cualquier lado a pasar el tiempo.
Suspiró y echó hacia atrás la cabeza, entrecerrando los ojos y dedicando algunos pensamientos a los primeros dias que pasó allí dentro.

Aquel debía ser por defecto su tercero, y creía estar ya del todo instalada, aunque aun habían muchos rincones del Angel's Grace de los cuales no tenía ni idea...
Aun así siempre había prestado mas interés en investigar los de aquel extraño segundo mundo al cual le habían permitido el acceso nada mas el primer día, a saber por qué. Y es que para ella al menos el entrar a ese instituto no solo significó crear una nueva vida alejada de todo su pasado, sinó dos.
Desvió la mirada al pensar en aquello. Al menos de dia debía apartarlo; la noche ya sería toda suya.

Volvió a descender la cabeza y aprovechó para empezar a beber un poco, pero a causa del tiempo pasado y el hecho de haber intentado hacer que su mente auto olvidara los sucesos que la llevaron hasta aquel instituto, haciendo como si nada hubiera sucedido, no cayó en la cuenta de que había cogido el vaso, que no era pequeño, a rebosar del refresco, con la fuerza que esto requería, pero con la mano mala, a lo que no pudo evitar sentir un agudo pinchazo que le hizo destensar la mano, y el vaso resbaló de su mano hasta impactar fuertemente contra la mesa y romperse en el mismo acto, dejando un montón de aquel líquido marrón rojizo desparramarse por la mesa y manchar el suelo.
En ese mismo instante Chiara, rápida al temerse de antemano lo que iba a pasar nada mas sentir el dolor, dándose impulso con la otra mano, se apartó del lugar en el sillón de tres plazas acolchado para terminar dos plazas mas allá, pegada a la pared y con suerte sin mancharse.
Suspiró y alzó la mirada para mirar alrededor y observar que algunos se la habían quedado mirando. Unos molestos por el alboroto, y otros con una sonrisita divertida.
Resopló y desvió bruscamente la mirada hacia un lado, antes de empezar a coger servilletas, poniéndolas todas encima de la mesa con tal de que el refresco dejara de caer al suelo, antes de decidir que lo mejor sería levantarse a pedir una balleta y una fregona, cuando ya tenía encima a la estresada camarera de su edad con esta última y una balleta en mano limpiándolo todo.
-Lo... siento- acertó a decir, mientras le quitaba la balleta y empezaba a limpiar la mesa.
A los segundos la gente ya volvía a lo suyo, y tras dedicarle una tranquilizadora sonrisa a Chiara, la chica viendo que todo volvía a estar en orden volvió tras la barra, con un largo suspiro.
Menudo medio dia mas torpe llevaba. Chiara suspiró y apoyando el codo en la mesa posó su frente en la respectiva mano echando a la vez el largo frequillo hacia atrás, medio frustrada y cansada.

Aun así no todo acababa ahí; había manchado una parte del sillón, así que fue a sentarse al de enfrente de la misma mesa, a paso tranquilo e intentando volver a serenarse, cuando de repente vio un bulto pelirojo sobresalir tras el sillón pegado de espaldas al cual se iba a sentar.
Y de repente algunos recuerdos de haría dos días cruzaron fugazmente por su mente.
Aquel era el extraño amigo del tal Irvin, el que había sido tan osado y, pese a aun descolocarle el pensar en ello, molesto con su actitud. Cosa natural, pero que no a todos los chicos era lo que mas les importaba precisamente...
Aquel chico, y lo había pensado nada mas despedirse de aquel día, iba a suponer todo un reto al igual que lo supuso Irvin para joderle, pero uno no tenía nada que ver con el otro.
Mientras que el segundo era de aquellos retos superficiales y aburridos que sabía desde un inicio que tenía mas que ganados, el segundo... tenía algo que le hacía pensar que no iba a ser como los demás, aquel tipo de retos que si llamaban su atención.
Entonces, una fugaz sonrisa cruzó su rostro, y se sentó de espaldas a la mesa en aquel sillón pegado de espaldas al de aquel bulto pelirojo que debía ser su cabeza, de rodillas y de cara a la espalda de este.
Antes debía comprobar si se trataba de el, puesto que había mucha gente allí dentro, pese a no peliroja, pero sería toda una lástima desaprovechar todo un medio dia que estaba destinado a ser aburrido, cuando podía sacar algo interesante.
Echó su cuerpo hacia delante hasta no poder mas, quedando pegado al respaldo del sillón, y entonces su cabeza, quedando esta al lado de la del chico y de cara a esta.
Comprobado, era el, y estaba ojeando una extraña libreta con un montón de burratachos y cosas escritas que no entendía ni iba a prestar atención en leer.
Entonces rodeó en un cariñoso y tierno, de no tratarse de la chica de la que lo estaba recibiendo, abrazo su cuello con ambos brazos, acercando su boca al oído del chico para casi susurrar dejando salir aire que seguramente iría directo a incomodarle;
-¿Qué tal estos días, cielo?- en un tono de voz mal finjido de ternura, cuando en realidad era de, aunque curiosamente disipado, odio.

Edward estaba leyendo sus apuntes entretenidamente cuando de repente escucho como aquel baso se rompía en la zona de detrás suyo, no pudo evitar desviar la mirada un segundo y ver a la chica pelirroja limpiando aquello, durante un segundo la confundió con otra persona pero después se dio cuenta que era Chiara...
Tras eso no decidió prestarle mas atención y volver a su entretenida lectura sobre aquel intento de novela para matar el tiempo libre...

"A ver... Podría hacer que el protagonista tuviera poderes especiales pero que no supiera que los tiene... Entonces le hago que conozca a una chica que si tenga y hago que esta le explica como es posible que existan y hacer que poco a poco se vaya implicando con mas gente con poderes que forman un grupo que quieren impedir que revivan al dios del inframundo... Entonces al final tras matar a dos o tres de sus compañeros el y la chica se tienen que enfrentar al jefazo de ese grupo y entonces este usa algún tipo de conjuro para meterse dentro del cuerpo de la chica y entonces descubrir que en realidad la chica es la diosa de la oscuridad que lo destruira todo y justo cuando va a matar al protagonista sus poderes despiertan y resulta ser el elegido que tiene que matar al dios del inframundo, de esa manera hay una ruptura en la historia y ellos dos se tienen que enfrentar al final en una batalla a muerte para elegir el destino del mundo... Y como mínimo el protagonista tiene que morir... Hay algo que no me convence..."

Edward estaba demasiado concentrado en su apasionante intento para crear una trama que no se dio cuenta que aquella chica se había dado cuenta de su presencia y se había sentado detrás suyo para tal vez intenta seducirlo o hacerle sufrir, era algo que aun Ewdard no tenia del todo claro cuando escucho su voz susurrándole melodiosamente al oído con una fingida ternura aquellas palabras que seguramente serian capaces de robarle el corazón a la mayoría de chicos o por lo menos excitarlos...

Edward tardo unos segundos en reaccionar, los necesarios para reconocer aproximadamente la voz de aquella chica, aun que aun tenia sus dudas ya que solo habia hablado una vez con ella, asi que tras unos segundos aparto un poco la cabeza sin ningún tipo de excitación por sus palabras...
Entonces giro la cara viendo el rostro de Chiara muy proximo a el... Entonces tras darse cuenta que era ella sonrió... Al parecer tendría algo mas que hacer que tener que estar encerrado pensado en alguna idea para su novela... Asi que finalmente se acerco al odio de Chiara y mientras con una mano cerraba la libreta y la ponía sobre la mesa susurro...

-Entre aburridos sin tu presencia mi querida Chiara-chan- Le susurro entonces el al odio de aquella chica tambien con un tono dulce y melódico mientras por dentro se mantenía simplemente divertido por la situación... No sabia por que pero aquella chica le caía bien de alguna manera... Tal vez por sus intentos de incomodar a los hombres...

-Y a ti que tal mi dulce chica?- Pregunto entonces el entre susurros...

-Hum...- definitivamente aquel chico estaba jugando con ella. Y aquello debía ser totalmente al revés...-. Pues aquí, sin saltarme mis baños en azúcar-. No debía seguirle el rollo, solo ponerse rojo y tartamudear. ¿Tanto era lo que pedía?
Pero no, el tenía que mostrarse, aunque fuera falsamente, cariñoso, y no precisamente de la misma manera que los demás. Entonces se separó un poco de el y sin importarle lo que pensara la gente de ella saltó al mismo sillón en el cual él se encontraba, para quedar a su lado, sin poder evitar fijarse en su bebida.
-¿No te la vas a beber, a que no?- sonriendo de lado, aunque haciendo desaparecer dicha expresión tan fugazmente como apareció, para volver a ser agria y casi borde.
Se había quedado con sed tras que la suya terminara por los suelos..., sin dudarlo demasiado la cogió con toda la cara del mundo. Total, solo quedaban dos sorbos, y se los bebió sin demasiados miramientos, dejando después el vaso en la mesa.
Entonces remiró de nuevo de reojo al chico, con una ceja levantada y sin disimular apenas su incomodidad, pese a intencionada, antes de volver a fijarla en la libreta.
-¿Escribías algo?- preguntó, ya en un tono normal de voz, pero sin un ápice de simpatía ni amabilidad, sí curiosidad por qué hobbies podría tener un chico tan... diferentemente extraño como el.
Irvin y Jack. Menudo par de dos. Suspiró mirando por la ventana a su lado. No le gustaba estar encerrada en sitios como aquellos y prefería mil veces mas las terrazas, en donde sentía que podría tirarse por el balcón de aquel alto segundo piso si así lo quería su voluntad.
Rió por lo bajo, pero fueron unas risas mas melancólicas y desganadas que divertidas. Que también.

Jack no pudo evitar sonreír levemente con al respuesta de aquella chica, para el aquella chica era como una rosa de espinas venenosas... Hermosa y a la vez letal... Aun así aprecia que no pensaba desistir de intentar lo que estuviera intentando, aun que Edward comenzaba a entender por donde iban los tiros...
Tras eso de reojo mientras miraba la taza vio como sin ningún tipo de pudor Chiara saltaba por encima de los respaldos y se sentaba a su lado, el asunto da vez era mas interesante, al parecer no tendría un descanso precisamente aburrido tras ver que Chiara pensaba seguir dialogando con el hasta conseguir su objetivo o al menos intentarlo...

Entonces Edward giro la cabeza para mirarla fijamente a los ojos cuando ella sin ninugn tipo de preocupacion y alargando la mano hacia la taza dice:

-¿No te la vas a beber, a que no?-

-Puedes coger cualquier cosa, pero no me hago responsable de lo que te pueda pasar- Dijo como advertencia aun que le puso un cierto tono de desafiamiento, al parecer no parecía demasiado afectado por que se bebiera lo poco que quedaba del te... Al fin y al cabo apenas quedaba y no pensaba caer en su trampa por una broma tan infantil que cualquier niña de menor edad que ella habría hecho para picar a un amigo... Era un método algo infantil pero seguramente muy efectivo para la mayoría de personas que fueran medianamente posesivas...
Tras eso escucho su segundo comentario esta vez referente sobre la libreta que había encima de la mesa que contenía sus ideas aun por madurar sobre el libro, por suerte para el seguramente chiara apenas entendería su letra de escribir rápido y sin cuidado así que no le preocuparía si la cogiera... Aparte que aun que la entendiera dudaba que le perjudicara...

Finalmente sonrió y alargo la mano para juguetear un poco con los cabellos de Chiara como si se conocieran de toda la vida... Ella en una ocasión anterior le había desafiado a besarla o al menos lo había intentado amenazar de aquella manera y la filosofía de Edward era clara... De donde las dan las toma...
-En realidad estaba imaginando una historia mi hermosa chiara, y tu que tienes planeado hacer ahora después de beberte mi te... Aun que en tus labios esta mucho mejor que en los mios- Dijo eso ultimo en voz mas baja para que solo ella lo escuchara, ahora era el el que le respondía con un tono desafiante pero sin odio... Tal vez aquella chica le suponía un reto suficientemente interesante como para prestarle atención...

Ni se inmutó cuando el chico empezó a juguetear con su cabello, mientras terminaba de beberse el té tranquilamente mirándolo de reojo para ver si su reacción iba a ser, como pretendía, molesta e incluso borde al respecto, pero le sorprendió observar que fue todo al contrario...
Ignoró también sus anteriores palabras levemente teñidas de amenaza. Si alguien tenía que caer allí con las amenazas de alguien, no iba a ser precisamente ella con las de un simple y estúpido chico que a la hora de la verdad seguramente sería como todos los demás.
Aquella no era mas que otra fachada mas, pero que estaba siendo nueva para ella y quizás temía el no poder con ella. Aun así, no parecía difícil.
Si al final todos estaban al mismo nivel.
Suspiró y se estiró como si de una gatita se tratara, algo aburrida de repente. Supuso que era hora de entrar en acción.
-En realidad estaba imaginando una historia mi
hermosa chiara, y tu que tienes planeado hacer ahora después de beberte
mi te... Aun que en tus labios esta mucho mejor que en los mios-
Le sorprendió entonces diciendo, a lo que Chiara no pudo evitar captar al vuelo una idea de lo que podría hacer a continuación en su total contra, justo cuando pensaba limpiarse los restos de aquel líquido que había quedado en sus labios, se retuvo y cogió de la mano la del chico que estaba envolviéndose por entre su peliroja melena, entrelazando sus dedos e inclinando un poco el cuerpo hacia el hasta dejar a una peligrosa poca distancia sus rostros, a la par que los labios, hasta que con moverlos simplemente hablar ya se rozarían.
Encuanto a su mirada, se mantenía fría e impasible, totalmente insensible.
-¿Tú crees?, ¿o prefires comprobarlo para estar mas seguro?- le tentó sin miramiento alguno.
Por el momento, iba a dejar de lado el tema de la libreta, pese a en un futuro tener la intención de indagar mas al respecto. ¿Qué tipo de historias podrían volar por la cabeza de aquel chico?
¿Pervertidas, tal vez?
Oh, estaba segura de ello. Los chicos no eran mas que eso, máquinas para... Quiso reírse por lo bajo ante sus propios pensamientos, pero se retuvo para no romper la tensión del momento, o al menos la que quería causar.

Edward vio como la chica con la cual llevaba unos minutos hablando se le coloco a pocos milímetros como la vez anterior cuando estaba Irvin, No pudo evitar sonreír levemente y poner su frente contra la de Chiara para mirarla fijamente y que fuera imposible escapar de su mirada...
Entonces le dedico una mirada totalmente placida y segura que parecían desafiara, aun que Edward realmente no tenia ninguna experiencia previa para el todo aquello era un juego, se habia pasado demasiados años encerrados como para acobardarse ahora del mundo que tanto adoraba...
Finalmente abrió los labios levemente tal vez para besarla pero no fue así, en vez de eso dijo unas palabras para Chiara....

-Chiara-chan... Tus labios son como un océano solitario y lleno de pasión y odio, tus labios son como la puerta al un jardín prohibido lleno de rosas venenosas, es el canto de las sirenas que hace que hasta los mas valientes caigan en la desgracia, no necesito comprobarlo para saber que tus rojos labios son el desierto de mi ardiente pasión...- Dijo entre serio pero a la vez divertido con algo de dulzura, se preguntaba que si eso no parecería mas una confesión de amor que otra cosa, pero en aquel momento no estaba como para prestar atención a aquellos detalles tan insignificantes, aquello era demasiado divertido como para dejar escapar la oportunidad solo por una vergüenza que seria mas normal de Irvin que de el...

Tras eso su respiración se hizo pausada tal vez para poner nerviosa a Chiara o para forzar su siguiente movimiento al ver que estaba totalmente tranquilo, quería ver como de lejos podía llegar aquella chica para cumplir sus propósitos...
Entonces Jack dijo algo mas tras coger brevemente aire con los labios entre abiertos...

-Realmente eres feliz mi amada oveja descarriada?- Tras eso comenzó a acabar de entrelazar los dedos con los de chiara con la mano que había estado antes jugueteando con su pelo rojo y intenso como el color de una rosa antes de comenzar a marchitarse...
Mientras llevo su otra mano por el pelo de aquella chica lentamente hasta su nuca con un movimiento suave como si estubiera tocando una muñeca de porcelana que se pudiera romper son el minimo roce y suavemente le acaricio la nuca...
Finalmente y sin desenganchar la frente dijo totalmente la mirada en los ojos de Chiara...

-Por que tus ojos son como un cielo sin nubes y en calma como antes de una tempestad... Son placidos y infinitos...- Dijo suavemente mientras movia despacio los labios apenas separados mientras la escena podía ser clasificada como mas picante para la gente que miraba desde fuera y no sabían las intenciones de cada uno de los dos... El y Chiara realmente estaban jugando uno con el otro y Edward se estaba divirtiendo mucho con aquello, pero estaba intrigado con el siguiente movimiento de aquella chica...

Arqueó una ceja. Sin duda, aquella experiencia estaba resultando totalmente inesperada y molesta. No se sentía cuanto menos incómoda, menos aun inquieta o enfurecida, sencillamente sus ojos se sumían en una inquebrantable tranquilidad e indiferencia.
Aun así, se aburría. Aquello estaba empezando a aburrirla, y es que mas que otra cosa, incluso parecía que el chico se sintiera cuando mas encantado, o si eso finjiera demasiado bien que todo aquello le gustaba.
Lógico, era un chico. Un tipo extraño y rebuscado, pero no dejaba de ser como los demás, solo que este además de no ocultarlo mostraba de mil y una maneras su... "romanticismo", ese mismo que tantos chicos usaban para tapar al mundo, o quizás simplemente a ellos mismos, lo malas personas que son e indecentes sus objetivos.
Suspiró, dejando pasar posiblemente aposta en un último intento para incomodar al chico el aire que soltó con ese gesto por la boca del chico.
Tras ello sencillamente dejó de inclinar la parte superior de su cuerpo para quedar tan cercana a él, haciendo que dejara de entrelazar su mano con su cabello, y apartando al igual la que había acariciado tan osadamente su cuello. Apenas lo notó ni mucho menos molestó. El contacto con los chicos creía tenerlo tan visto... que casi ni se daba cuenta cuando pasaba.
Así, terminó sentada con normalidad en el sillón, mirándolo por el rabillo del ojo.
¿Y si se hacía la indignada, haciéndole creer que lo que había hecho, seguirle el juego, estaba mal?
Medio sonrió fugazmente, se alejó una plaza del sillón dejando de estar así a su lado, apoyando la espalda a la pared y posando sus piernas dobladas en la plaza que quedaba en frente y los separaba, y posando ambas manos en sus rodillas.
-Bla, bla, bla. ¿Dónde has aprendido toda esta mierda?- refiriéndose a la palabrería tan... digna de haber sido sacada de cualquier pastelosa novela romántica, o incluso libro de poesía-, eres como todos. Te dan la mano, y coges el brazo...
Pestañeó un par de veces, inclinando la cabeza aburrida hacia un lado a la par que hacía rodar su mirada hacia arriba antes de volverla a fijar, indiferente y monótona, en la del chico.
Buah. El comentario de los labios le había hecho quitar de golpe absolutamente todas las ganas de mancillar los suyos.
Se sentía a punto de vomitar.

Jack se dio cuenta de que Chiara había perdido todo el interés y por dentro se lleno de satisfacción, al parecer aproximadamente había acertado la reaccion de Chiara ante aquello...
Tras eso escucho el agudo comentario de Chiara y antes de responder sonrió y pensó durante un par de segundos mientras se lleva la mano a la barbilla satisfecho con los resultados obtenidos...

"Suerte que conocía esas frases de algunas canciones, casi vomito yo mismo... Al parecer se acaba de aburrir con esas frases, al menos ya he deducido sus intenciones aproximadamente, esta chica es mucho mas peligrosa de lo que habia planeado en un inicio... Dos cosas estan seguras tras ver esto, primero, tengo que evitar que se acerque al pobre Irvin o este acabara muy mal y segundo, esta chica se usa a si misma para obtener algun fin con los hombres, tal vez venganza o tal vez simplemente busca el placer carnal aun que lo segundo es dificil teniendo en cuenta que con las frases que le he soltado solo he conseguido que se alejara... Tengo que buscar el punto para tractar con ella o no conseguiré toda la información..." Penso en un par de segundos como si fuera un estratega encerrado en la partida de ajedrez mas dificil y interesante que habia tenido en decadas o tal vez en toda su vida...

-Todas esas mierdas... En realidad solo he reproducido un par de frases de canciones bastante aburridas a ver si eras lo suficientemente valiente como para besar a un romántico que haría vomitar hasta las damiselas de la edad media por su cursileria- Esa fue la respuesta directa de Jack
No tenia intenciones de hacerle creer a aquella pelirroja de que el se las había inventado... Para ser sinceros aquellas frases pertenencia al grupo de música de Sophie aun que las había variado un poco para que quedaran mejores...

-Bueno, dejémonos de tonterías y vamos al grano del asunto, que demonios necesitas de mi para que te hayas interesado... Por que creo que precisamente no eres una rosa con espinas, eres una planta que espera a que las moscas se acerquen por tu dulce nectar y después las devora... O acaso estoy equivocado con mi pequeña conclusión Chiara-chan?- Aquellas palabras se volvieron a llenar de una escalofriante felicidad que mas bien era un tono de amenaza, tenia que ver su reacción cuando el descifrara tal vez sus verdaderas intenciones...

No pudo evitar reír levemente por lo bajo, entre divertida y a la par con pequeños aires de indignación. Daba gracias a dios porque nadie de su alrededor fuera lo suficientemente vomitivo como para inventarse las anteriores palabras, pero aun así había sido castigada teniendo que oírlas, y la cara de asco le perduraría aun unos cuantos segundos.
Suspiró, intentando olvidarse de aquello para fijar la atención en las últimas palabras del chico. No pensó ni dos segundos antes de responder, fugaz y directa;
-Estoy hablando contigo como pudiera hablar con cualquiera; simplemente me aburro- respecto a su comentario de qué había visto en el para fijarlo como objetivo de sus torturas.
No pensaba dar información suya ni por asomo, y aun así sabía que con aquella respuesta había mentido lo suyo; el otro día la había asombrado el cómo se había dirijido hacia ella el defensor del que parecía ser su amigo, seguro de si mismo e inmutable.
Y le inquietaba el hecho de verse totalmente impotente al querer ponerlo nervioso o molestarlo con sus atrevidas aunque falsas insinuaciones. Quería descubrir a qué se debía, y no pensaba dejarlo en paz hasta cumplir también con el los objetivos que solía tener respecto a todos los chicos.
Él iba a caer, le pesara a quien le pesara.

-Y sí, te equivocas con tu pequeña conclusión. Yo solo quiero entretenerme y entreteneros a vosotros ya de paso. ¿O no lo estoy haciendo contigo?