Ya hacían varias horas desde su llegada a aquel extraño mundo, aunque para todo lo que había visto aun tenía miles de dudas pasando por su mente ¿Siquiera pasaba el tiempo de la misma manera?.

Su lento caminar producía un golpeteo metálico contra el marmolado suelo de aquella funesta edificación y esto producía una cierta inquietud puesto que aun no se acostumbraba al sonido, ni al edificio, ni a la armadura.... de hecho a nada. Sus ojos demostraban esto teniendo que pasearse una y otra vez en las paredes viendo los adornos tan tétricos del lugar para después compararlos con la obscura armadura que llevaba que de misma forma tenía toques de un estilo siniestro. Aun era difícil de creer su nueva apariencia, ya lo había corroborado varias veces en diferentes cristales, ahora era un sujeto más alto, cubierto por una vestimenta algo renacentista de tonos negros con detalles blancos y cubierta por facciones de metal como guanteletes, hombreras e inclusive un yelmo que tapaba completamente su rostro pero dejaba escapar su blanca cabellera. Se sentía mucho más fuerte y ágil, y ya había probado poder realizar las habilidades que había leído a la hora de crear su personaje... bueno su nueva apariencia, unos fuertes golpes capaz de marcarse en la roca, una capacidad para moverse en todo entorno con movimientos complicados y una resistencia sobrehumana le caracterizaban ahora.

- Lo que necesito es encontrar a alguien de "Versus" que pueda servirme de tutor temporal... no quiero saber como se siente la derrota aun - Susurró hablando mas para si mismo mientras se habría paso a un gran salón, que claramente tenía una serie de adornos y parecía estar dividido en cuatro grandes portones, cada uno con un sello marcado - Esos sellos si no mal recuerdo son de los clanes - Musitó nuevamente sin tener alguien que lo escuchara, las dudas empezaban a carcomerlo, pero también podía aprovechar la oportunidad para hacer un poco de caos... kehehe. Rió por lo bajo un poco antes de adentrarse en el lugar esperando poder encontrar a alguien.

Y allí estaba pasando allí su cuarto día... o cuarta noche, como se pudiera llamar el estado en que se sumergía cada media noche aquel lugar, con aquel cielo carmesí tan brillante y a la vez siniestramente oscuro.
Sonrió para sus adentros. Se sentía orgullosa de estar acostumbrándose aunque tan solo fuera levemente a aquel lugar, entendiendo y asimilando muchas cosas a lo largo de aquel corto periodo de tiempo. En realidad cuatro dias daban para mucho, pero había tenido demasiado en que pensar, y demasiado en lo que preocuparse, como para que le pasaran volando.
Recordaba el combate del dia anterior con un curioso compañero de clan que se había descontrolado. Seguro que era novato. Los novatos le caerían mal a partir de aquel momento.
El chico empezó a atacarla de repente y la dejó totalmente K.O. Claro, un descontrolado total contra una gatita totalmente novata en lo que era la batalla, ¿resultado? Una gatita por los aires, hecha polvo, y cuyo estudiante interior descubrió que cuando pensaba que iba a morir allí mismo, su alma se separó del cuerpo que se reparó durante todo el dia siguiente, y esta volvió al cuerpo del estudiante al otro lado de nuevo, para su alivio.
Pero bueno, ya se volveería a encontrar con el y le daría una buena lección de modales.
¡Y es que pertenecían al mismo clan!
El primer dia, sencillamente el primer dia ya había comprendido la importancia de estos, y la gran cooperación y amistad que habia desde un inicio entre los miembros de cada uno.
Pues aquel tercer dia en que se llevó a cabo aquel extraño enfrentamiento, no le sirvió demasiado de ejemplo de aquello que le explicó la mismísima líder.
Resopló.
Ahora se encontraba ni mas ni menos que en el pasillo de su propio clan. Aquel dia pensaba conocer a gente decente, fuera como fuera. Compañeros, algo..., ¡lo que fuera!
Aquel sitio no estaba hecho para abrurrirla.
Sonrió de nuevo maliciosamente y continuó caminando por los pasillos, en busca de... quien fuera, cuando de pronto...
-¡Armadura andante!- soltó de repente, como si nada, al ver caminando tan pancho a... algo, portando... todo aquello... que parecia tan... pesado, y...
Como fuera, no podía evitar abrir los ojos casi desorbitadamente, impresionada. Sin duda, en aquel lugar habían cosas extravagantes a montones, ¡pero aquello era demasiado...!
Mientras decía aquello, lo señalaba casi acusadoramente.
-¡¿Eres un avatar?!- preguntó, curiosa y casi con un tono de admiración y temor a la par en su voz.

Su mente comenzaba a perderse en las dudas que le agobiaban y todo por el hehco de no tener nadie con quien hablar ni nada que hacer realmente. Era fastidioso.

- Tch! - Tronó la boca al escuchar como alguien se dirigía a el mientras que se dejaba llevar por la sorpresa del encuentro dando un gil salto hacia atrás apoyándose en una mano para impulsarse y volver a caer, con su rodilla derecha tocando el suelo como soporte, semi-hincado y con su brazo derecho siendo apretado con fuerza. Oh no, de la nada sintió algo pasar por todo su cuerpo y concentrarse en su puño, ya lo había hecho... y no era bueno.

- Demonios - Expreso con algo de coraje tan pronto como su puño se bañaba en una extraña acumulación de chispas negras con tonalidades violáceas que empezaron a concentrarse hasta cubrirlo totalmente y salir como un relámpago estampando contra una de las paredes para crear una ligera explosión.

- Ahhhhh... - Suspiro con cierta vergüenza y un poco de susto - Aun no lo controlo - Susurró viendo hacía el daño creado con sus ojos algo desorbitados, agradeciendo también el hecho de tener el yelmo para esconder su gesto de sorpresa y más cuando al voltear se fijó en que quien lo había puesto en tal situación era una chica, y vaya chica....

- Si, soy un avatar... Ha.... - Hizo una pausa para visualizar los consejos que la pantalla negra de su computador había dado -... Decorus Ater Astrum, es mi nombre completo... y pertenezco a "Versus"... - Terminó recobrando su compostura y poniendo se firme para esperar respuesta de la fémina en quien clavó los ojos para poder reaccionar ante cualquier amenaza ya que aun no entendía como funcionaba bien esto.

Al ver la curiosa y casi exagerada reacción de la "armadura andante", como a partir del mismo momento en que se le plantó en cara por primera vez le gustaba llamarlo mentalmente, y no solo mentalmente al parecer, no pudo evitar dar un paso hacia atrás chochándose contra una de las paredes del pasillo, mientras observaba cómo hacía una elaborsda pirueta hacia atrás quedando arrodillado en el suelo mientras acumulaba energía negativa en un puño.
Genial, ¿es que la pobre estaba destinada a ser un saco de boxeo allí dentro?
¿Por qué absolutamente todos los avatares sentían instintos asesinos contra su persona, o gata,mejor dicho?
No, ni hablar, no pensaba volver a pelear. Y si ese era únicamente su destino allí dentro, ya podían dar por hecho que no se le volvería a ver el pelo por allí.
En un acto reflejo casi idiota teniendo en cuenta que posiblemente en la vida real fuera de utilidad e incluso normal, pero que allí poco podría servirle para defenderse, puso ambas manos por delante de su rostro, casi asustada.
Pero lo que de verdad la hizo reaccionar finalmente fue una enorme explosión que sintió y sobretodo escuchó, en una de las paredes, a lo que dio un salto hacia la derecha, mostrando casi en un gesto inconsciente sus colmillos como si realmente de un gato se tratara, y se llevó una mano al candado que reposaba en el centro de su peculiar camisa, dispuesta a sacar de allí su arma encuanto fuera necesario. Por el momento, sabía que la puntería del enemigo no era ni decente.
Y tras oír sus palabras, todo encajó de pronto;

¿"Aaaahhh, aun no lo controlo"?
Maldita sea, mas novatos. Novatos por todas partes.
Resopló, dejando de mostrarse en aquella pose preparada para la batalla e intentando serenarse, mostrando también una nueva calma en su rostro, destensada.
Pues si que se asustaba, o en su defecto alteraba, el tío con facilidad...
Suspiró, cruzándose de brazos en un gesto aun algo molesto a causa del susto que se acababa de llevar, y girándole la cabeza al igual que la mirada, quedando de perfil, en una expresión en su rostro algo enrabietada.

-Kyarin, Versus también- empezó presentándose, algo seca y brusca. Por lo visto era un tipo amable, pero aquello no quitaba la que acababa de montar-. Y a ver si nos aprendemos a controlar un poquito..., novato- casi escupió con asco aquella última palabra.
No quería resultar borde ni maleducada de primeras, pero sumándole a aquel acontecimiento el hecho de que odiaba ya por tantos motivos a los novatos...
No solo por la batalla del dia anterior, sino también porque se odió a si misma en su primer día allí.

La chica tuvo reacciones interesantes, primero al asustarse y después mantenerse cabreada e inclusive dar un semblante altivo, más esto no bastó para que Decorus se diera una idea de lo sucedido pues de forma un poco despreocupada estaba más atento a su mano, sacudiéndola un poco pues la sentía algo entumecida por el ataque anterior.

- Kehehehe, entonces somos camaradas - Agregó en un tono algo confiado que resonaba desde su yelmo dando a notar cierta alegría al saber que no se trataba de una enemiga, sin embargo algo le extraño y fue el termino y la manera en que la chica se refirió a su persona, como si ya lo despreciara.

- Lo dices como si tu jamás hubieras sido una novata, pero bueno, no lo seré para siempre. Creo que ya estoy entendiendo esta habilidad - Respondió con un semblante mucho mas alivianado mientras que aun moviendo su brazo paso a caminar alrededor de la chica - Sin embargo hay muchas cosas que aun no entiendo... pero como seremos colegas, ¿Que dices de ser algo así como mi maestra? - Agregó con simpleza mientras que doblaba su cuello para ver de reojo a la felina. Sin lugar a dudas era una persona confiada para con los "aliados" pero esa era la única manera de ganar apoyo.

- Claro que si prefieres alejarte de un "novato" entonces será más difícil que entablemos buenos términos... lo cual viene siendo un desperdicio si al fin y al cabo ya tenemos muchos enemigos - Así de fácil era la situación en la mente de Decorus, al fin y al cabo su alter ego ya era un radical del caos que veía la imperfección en el mundo y sus reglas y que prefería dejar los detalles de lado.

Era cierto que por el momento no había tenido una muy buena impresión de lo que eran sus propios compañeros de clan. Aunque también era cierto que apenas habría conocido a dos. Y también lo era el hecho de que pasaba tres cuartos de lo mismo con los novatos.
Allí, con los brazos cruzados y aun el semblante algo enfurecido, decidió tranquilizarse un poco, aunque los aires de casi superioridad y molestia no desaparecieron.
-No pienso hacer de niñera de nadie- terminó espetándole tomando un poco sus palabras por donde le dio la gana, y es que por mucho que quisiera resultar mínimamente amable con uno de sus compañeros al cual seguramente vería por aquellos pasillos destrozando paredes bastante a menudo, no podía evitar sentir aquel extraño casi odio caprichoso hacia el por haber sigo capaz de alterarla y asustarla de aquella manera.
Y es que no todos los dias se veía a "una armadura andante", que no es que impusiera poco-. La última vez que lo intenté, terminó mal- recordando la pelea con aquel miembro de su propio clan el día anterior, tras haberle respondido casi agradablemente a sus preguntas de novato-. Y si, yo si he sido novata, y agradecí bastante a las personas que me respondieron y aguantaron conmigo mis... rabietas de "no me puedo creer que me esté pasando esto a mi". Pero por eso mismo, se cómo sois, y se por qué debo odiarme y odiaros- prosiguió, sin terminar de creerse que se estuviera realmente molestando en explicar todo aquello. Y ya que estaba, podía gastar mas saliva. No veía por qué no responderle mas preguntas.
Aquel chico tenía, como el del dia anterior, problemas de auto control, pero no parecían tan graves como para ir a querer arrancarle la cabeza, así que supuso que ya no había problema.
Resopló.
Además, las palabras del chico habían sonado bastante convincentes, pese a que la molestara levemente el hecho de mostrarse tan confiado ante alguien que por el momento solo había mostrado molestia hacia el.
-Venga, ¿qué quieres saber?- terminó soltando, dando por sentado que no tenía intención de ser su maestra a largo plazo, pero que si podría responderle preguntas de vez en cuando, si se encontraban, y no tenía nada mejor que hacer.

Una ligera risa escapo de entre su yelmo al escuchar la afirmación tan arrogante que la chica dio sobre ser su "tutora", al fin y al cabo desde un inicio había demostrado una actitud altiva... cosa que en toda clase de competencia era común por lo que realmente no era una razón para molestarse ni mucho menos.

Se dio vuelta para encararla nuevamente notando, por vez primera, una cola que se movía por si misma saliendo de entre los ropajes de la chica. Esto causo cierta curiosidad que le obligo a fijarse mas en ella para encontrar otros detalles como las orejas felinas en su cabeza... al parecer ella había elegido esa raza, al menos aun recordaba eso de la creación del avatar. Claro que la duda no quiso quedarse ahí e incluso por algunos instantes pensó en tomar aquel extraño miembro con la mano para probar su realidad, por suerte logró recordad que ella realmente se había convertido en ese espécimen y hacer eso no solo sería una invasión total de la privacidad sino que causaría un problema de gran escala.

- La última vez que lo intenté, termino mal - Escucho salir de los labios de la extraña doncella.

- Otro novato... posiblemente sintiendo estas ganas de soltar su poder y desatar un combate. Había notado el sentimiento al llegar, pero no pensé que alguien podría sentirlo hasta el punto de dejarse llevar por el, supongo que es cosa de cada... personaje - expresó redirigiendo su mirar hacia la mano de la que previamente había soltado las descargas de poder obscuro, como si en ella pudiese ver la imagen de su llegada. Retorciendose unos instantes por un deseo que invadió su mente pero que poco a poco logro someter hasta desaparecerlo completamente.
- ¿Rabietas?... por un mundo que te ofrece tantas nuevas oportunidades... jhm, estoy seguro que todos pasamos por algo parecido... - hizo una breve pausa como si intentase recordar algo, así, tras un chasquido, prosiguió - “Por mí se va a la ciudad del llanto; por mí se va al eterno dolor; por mí se llega al lugar en donde moran los que no tienen salvación; la justicia animó a mi sublime arquitecto; me hizo a la Divina Potestad, la Suprema Sabiduría y el primer Amor. Antes que yo no hubo nada creado, a excepción de lo inmortal, y yo duro eternamente. ¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!”... Quien diría que una frase tan famosa tendría uso en algún momento - Agregó tras haber realizado la citación a una de sus obras más añoradas.

No entendía porque seguía hablando puesto que parecía que no sería tan fácil ganar la confianza de la chica, inclusive por un momento pensó en hacer algo muy drástico. Pasó sus manos hacia su cabeza y tomo con delicadeza el yelmo para empezar a desprenderlo hasta el punto en que sobresalían sus labios, unos labios que aunque finos se apreciaban completamente masculinos... un toque elegante pero sin perder la firmeza de un caballero.

Por suerte, antes de que continuara, la fémina rindió su actitud defensiva y abrió un poco las puertas para Decorus.

- No te preocupes, no pienso hacer preguntas tan básicas. Al menos hay muchas cosas que puedo deducir por el parecido con la vida real, incluso puedo suponer que lo que nos pase aquí realmente afectará de alguna manera nuestra mente, también me imagino que casi todos somos de Angel's Grace, puesto que la existencia de muchos espejos se me hace demasiado difícil. Por otro lado, también leí algunas de las reglas básicas antes de crear mi avatar... así que conozco los gremios y los clanes. Pero... ¿Hay mas de que preocuparnos que los demás jugadores? yo imagino que si, al fin y al cabo esto tenía vida antes de nuestra llegada, pero me gustaría dejarlo claro - Sus palabras parecían estar confiadas y venían con un tono algo divertido, curioso para el estado tan serio en que se encontraban, además sus gestos eran los de una persona entretenida, posiblemente inclusive un bufón.

- ¿Cada cuanto tiempo sales de este lugar y regresas al mundo humano?... y claro como olvidar ¿Cómo son las relaciones con los demás miembros? - Cuestiono finalmente dejando los dedos marcados como 3 preguntas. Al menos la última era la que menos podía suponer puesto que solo la había tratado a ella hasta ahora, prefirió pasar desapercibido mientras aprendía a... controlarse.

De perfil como estaba, lo miró por el rabillo del ojo casi interesada cuando pareció entender a qué se refería, pese a las pocas pistas que le había dado, encuanto a lo sucedido el dia anterior con otro novato.
Pues no, ella al llegar no había sentido aquellos impulsos asesinos anormales del demonio. Mas bien canalizó toda la confusión poniéndose a gritar y patalear incrédula, como si de una niña pequeña se tratara, ante la idea de no poder volver a su vida normal.
Un temor comprensible si de repente un espejo te traga y has estado toda tu vida pensando que la magia no existe...
Suspiró, volviendo a desviar la mirada, cuando de repente para su sopresa soltó aquella parrafada, citación de a saber que obra de la que por supuesto no tenía ni la mas remota idea. Profunda y rebuscada, y que incluso la joven felina podría haber deducido y entendido con solo pensar en ella apenas cinco segundos, pero deshechó la idea con rapidez, obligada a centrarse en sus siguientes casi inmediatas palabras, mientras observaba como estaba diespuesto a levantar el yelmo con tal de mostrar unas de las incógnitas que se presentaron nada mas mirarlo por primera vez; su rostro.
Volvió a mirarlo por el rabillo del ojo entonces, curiosa, pero desvió de nuevo la mirada al seguir hablando, indicándole que podría ceder un poco en contestarle alguna que otra pregunta referente a aquel mundo.
Tras ello, de nuevo mostró otra de las que parecían ser sus elaboradas respuestas, que la hizo quedarse pensativa durante unos instantes, y mientras seguía hablando descruzó los brazos al resultar ya algo levemente incómodo, caminar hacia una de las paredes que se habían salvado del puño envuelto en sombras del que parecía ser un maestro marcial, apoyando su espalda en esta para seguidamente ir descendiendo hasta quedar sentada, encogiéndose sobre si misma y rodeando sus piernas con sus brazos, algo cansada a saber por qué motivos, con la base de la cara sobre estos, mientras se quedaba mirándolo allí, a lo lejos, desde abajo pero de frente, alzando la mirada con tal de fijarla en su rostro semi destapado.
Cuando terminó de hablar, cerró los ojos durante unos instantes, pensativa, antes de volver a abrirlos.
-Todas tus deducciones son acertadas- comentó antes de proceder a responder las demás preguntas.
Ya sabía qué pensamiento le había hecho sentir de repente tan cansada; el hecho de saber que tendría que volver a hacer de guía. Algo tan aburrido... cuando en realidad lo que le gustaba era la práctica. ¿Por qué nadie le pedía dar paseos por aquel mundo, y se dedicaba a, como en aquel momento, hacerla sentar en un simple y sombrío pasillo?
-A ver.
A media noche puedes bajar al sótano. Allí puede que te encuentres a gente, pero pronto descubrirás que a los segundos de pasar por el espejo olvidarás sus rostros. Sus identidades. El momento en que los identificastes como estudiantes que quizás viste en alguna ocasión en el mundo real, que al parecer forman parte de nuestro segundo mundo. Es confuso, y sientes dolor de cabeza, pero eso me han explicado que pasa.
Y de hecho, ya lo he experimentado.
Bueno. Tras ello, pasas por el espejo, y te estás aquí obligatoriamente con el espejo bloqueado hasta las seis de la mañana, cuando puedes salir si te da la gana.
Pero como no estés fuera antes de las siete y media, el mundo por si solo, una energía extraña, lo que sea, te repele y te manda directito al mundo real de nuevo- empezó explicando, tomando aire de una forma bastante exagerada a la par que cómica tras toda aquella parrafada casi sin pausas que la había terminado por agotar por completo. Mucho le molestaba, pero cuando se ponía realmente podía sonar hasta profesional.
Suspiró.
-¿Las relaciones?, como te den la real gana.
Aquí la gente va muy a su bola, y dudo que cualquiera tome la iniciativa para conversar contigo por simple gusto.
Pero lo que si que te tiene que quedar claro, es que...- y señaló a un pasillo que se marcaba por el símbolo de Tempus-. Por lo que mas quieras, no, entres, allí.
Estan nuestros enemigos, y si quieres evitar problemas, mas te vale no cruzarte con ninguno.
Luego estan los Summum- y señaló su pasillo-, yo te di también los evitaba. Ya no por ser enemigos, sinó porque realmente dan asco- recordand mientras un estremecimiento recorría todo su cuerpo sus ideales; paz, amor, bondad. Vómitos.
-Y los Omnius...- señalando de nuevo su pasillo-, gente realmente extraña, depresiva y tenebrosa por lo general. Son nuestros aliados, así que... no deberías tener problemas relacionandote con ellos- terminó la explicación. No había hablado tanto en su maldita segunda vida...

- Así que hay una hora de regreso... kehehe, hasta este mundo tiene reglas... que asco - Comentó entretenido esbozando una gran sonrisa que le hacía ver como una especie de bufón, aunque bastante macabro en realidad.

Con los ojos ligeramente entrecerrados alcanzó a notar como la fémina se veía mas que agobiada por tanta plática, y bueno era de esperarse al fin y al abo era del tipo caótico y hablar en largos discursos no era su estilo. Aunque... su estilo, era algo muy difícil de definir aun para otro de su clan como Decorus.

- Para ser de Versus, eres más tranquila y asustadiza de lo que pensé... - Musitó de manera demasiado directa, aunque simple, como si fuera un comentario de un niño inocente y no la viperina lengua de un bastardo que buscaba fastidiar. Sinceramente lo hacía con la primera intención ya que, al menos, tenía planeado respetar a los que en un futuro podrían ser sus liados. Mientras sus palabras salían expresaba su inconformidad con la "moribunda" platica al inclinarse y postrar ambas manos en el suelo para entonces recargar su peso sobre ellas y despegar sus metálicos botines del suelo, quedando parado de manos para así empezar a moverse. Vaya que parecía un espectáculo de circo, algo que compartía con su ser real, pero que con este encontraba muchisimo mas sencillo.

- Ya se, vayamos afuera de este lugar. El edificio de parece un poco al Angel's Grace así que se ve aburrido, pero seguro afuera encontramos algo que hacer... Al fin y al cabo esta sigue siendo nuestra vida y se acaba minuto a minuto - Expreso con su tono siempre tan relajado y burlesco mientras poco a poco se acercaba a la felina sin cambiar la postura sobre sus manos - Podría ir yo solo, no creo morir. Pero si te dejo aquí nadie me asegurara que no te vas a suicidar antes de que sean las seis. No puedo permitir eso - Agregó con una sonrisa antes de sacar la lengua para imitar un gesto cómico y hasta eso algo despreciable que muchos bufones utilizaban para similar una ignorancia y torpeza no existente.

Conque demasiado tranquila y asustadiza para ser Versus...
Bueno, sencillamente sus experiencias allí dentro no le habían hecho precisamente pensar que allí podría estar lo suficientemente segura como para no mostrarse siempre a la defensiva. ¿Tranquila...?
Bueno, solo cuando tenía ganas de aburrirse, o lo había aceptado. Y es que no era para menos, si sabía lo que le esperaba cada vez que un novato la pillaba, haciendo que respondiera preguntas con aquellas respuestas que tan vistas tenía ya apenas en su primera semana allí dentro.
Suspiró, desviando la mirada y levantándose de allí, justo en el momento en que el curioso y... rebuscado chico, se puso en una extraña postura, digna de cualquier bufón del mundo real.
¿Cómo puñetas podía hacer aquellas cosas de manera tan simple y ágil con toda aquella armadura encima?
Algo impresionante que no había podido dejar de preguntarse desde que notó la casi hiperactividad de la armadura andante.

Y entonces fue cuando, dando totalmente al contrario la impresión que se había llevado de el junto con aquel último gesto de payaso sin remedio, escuchó aquel comentario de que aquello no dejaba de ser mas que una segunda vida cuyo tiempo pasaba y se terminaba...
Cierto. No podrían estar siempre allí. E incluso las posibilidades de morir se habían multiplicado por dos.
Si, eso significaba permanecer noche tras noche en aquel lugar.
Suspiró y asintió con la cabeza. No había explorado demasiado por los exteriores del lugar, y es que mucho tiempo no tuvo para ello..., no sonaba mal, la proposición.
Se estiró como si de una gatita se tratara poniendo por encima los brazos y bostezando mostrando sus colmillos, desperezándose y terminando por levantarse.
Encuanto al comentario de suicidarse...
Sencillamente, alocado como era, decidió semi ignorarlo, pese a ya estar acostumbrándose a aquella faceta suya.
-De acuerdo, te puedo hacer de guía unos minutos- terminó diciendo, aparentando como si realmente aquello supusiera una carga mas para ella, una simple molestia.

Entonces le sacó la lengua, ella sencillamente arqueó una ceja lanzándole una mirada de incredulidad. ¿Cómo se podía ser tan payaso?
Suspiró y echó a caminar pasillo abajo, con tal de salir del edificio.