- ¿Quién, yo? Esto...- comenzó, de nuevo nerviosa. Pero no le dio ni tiempo de pensar porque el muchacho ya se había puesto de pie y corría fuera del comedor.
Se quedó mirando hacia el último punto donde le había visto desaparecer, atónita.
- ¿Cómo es que va a encontrarnos si no sabe dónde buscar? - se giró entonces hacia Alexia y con un codo apoyado en la mesa y sosteniéndose el rostro con la mano, le preguntó - ¿Crees que el Salón es un buen sitio, por ejemplo?